Siguiendo a nuestro propio Código Deontológico, y
cito textualmente su Artículo 2: “Los
trabajadores sociales se ocupan de planificar, proyectar, calcular, aplicar,
evaluar y modificar los servicios y políticas actuales para los grupos y
comunidades”. “Actúan en muchos sectores funcionales utilizando diversos
enfoques metodológicos, trabajan en un amplio marco de ámbitos y proporcionan
recursos y prestaciones”.
De esta definición se deriva que es ahora más que
nunca cuando la figura del Trabajador Social se hace necesaria para el
ciudadano. Y no me refiero solo a la atención de demandas de usuarios o
clientes que vienen a nuestros despachos, que también, me refiero a la
necesidad de planificar, diseñar, y evaluar planes de actuación que contribuyan
al bienestar social, bien sea desde recursos públicos, empresas privadas,
ejercicio libre de la profesión con colectividades, elaboración de proyectos de
emprendimiento social, etc.
Estaréis de acuerdo conmigo que en materia de
intervención social la población en general continua vinculando al
“agente/trabajador/educador/integrador (no se sabe muy bien, quien es quien)….
social” a la ayuda indiscriminada de
determinados sectores de la población, obviando en ocasiones nuestra presencia
en determinados ámbitos igual de necesarios para el sistema de bienestar
social.
Espero sea de vuestro interés, y os invito a compartir
con nosotros vuestras experiencias y opiniones tanto a todos los profesionales como
ciudadanos.
Gema Pallarés